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viernes, 8 de abril de 2016

Esto no es una pensión

El tipo que quitó la primera aceituna a una ensalada del menú del avión era Satán o un primo hermano. Ese tipo es el culpable de todo. La semilla que convirtió volar en una tortura aún mayor si cabía. Ese tipo pensó que con esa aceituna podrían ahorrarse unos cuantos dólares, 40.000 al año concretamente. Y esta chorrada se cuenta en miles de clases de administración de empresas como esa idea sencilla que produce un ahorre de costes bestial. Un visionario era el jodido de American Airlines. Ahora, que a esa aceituna primigenia le siguieron los aros de cebolla que pasaron a ser dos y medio, luego ya sólo ponían un tomate cherry por ración, luego medio, pensaron la posibilidad de dar un cuarto de cherry pero dijeron para qué dar ensalada, unos cacahuetes y listo. Y quitaron el agua, las servilletas, y dijeron entonces: la comida que se la paguen ellos, que esto no es una pensión.

Podrían haber parado ahí, pero no, un feliz pensamiento se cruzó por el cerebro de probablemente una mala persona: igual si les quitamos a cada uno un centímetro, nos cabe otro pasajero. Y recordaron al puto héroe de la aceituna, y dijeron: "¿Seré  yo el siguiente en estudiarse en las facultades de LADE de este país? La ilusión que le haría a mi abuela". Pero no se conformaron con porque su abuela era una mujer ambiciosa: "Quizás si en vez de quitar un centímetro quito un asiento directamente. Total la gente, tampoco necesita todo el rato espacio para vivir". Caprichosos. "Y si meto un montón de peña ahí dentro y les hago pagar por las aceitunas, los cacahuetes y las ensaladas, no sólo abarato mis costes si no que monto un bar. ¡Un bar con vistas! Dos negocios en uno. Si ya me decía mi abuela que yo estaba destinado a grandes cosas".

Espacio vital en el avión
Y así fue. A la idea de Satán (mantengamos este apodo cariñoso) se le sumaron distintas variantes: lotería a bordo, tienda a bordo, restaurante a bordo. En breve te podrás hacer las uñas a bordo aunque igual existe ya el servicio. Por las vistas no te cobran pero dadles tiempo a esa pandilla de 'satanitos' con abuelas demasiado motivadoras.

Y aún fueron más allá, casi diría que al robo, porque desarrollaron un sistema de venta en el que pueden vender dos veces la misma cosa a dos personas distintas. Y no es que a la que llegue más tarde al aeropuerto le devuelvan el importe, no. Ellos cobran a las dos personas lo mismo, y si van los dos, uno se jode y se queda en tierra. Es como si pagas en El Corte Inglés por unos vaqueros reservados y cuando llegas te dicen que se los ha llevado otra persona, que "te busques la vida"*.

Yo odio volar. Dicen que tienes las mismas probabilidades de que toque la lotería que de suicidarte cogiendo al azar un vuelo comercial diario. A mí esto no me tranquiliza porque yo siempre que juego a la lotería pienso que me va a tocar y siempre que cojo un avión pienso que se va estrellar. Así que tengo un método para impedirlo. Yo sujeto el avión. Sí, lo sé, los que habéis volado conmigo tenéis mucho que agradecerme. Ni piloto, ni azafatas, ni torres de control, nosotros llegamos porque yo sujeto el avión todo el jodido vuelo. Llego a destino con unas palizas de impresión, porque los aviones pesan, pero cualquiera lo suelta.

Si a alguien que el concepto "a 9 millones de pies sobre el suelo" le desasosiega, le mantienes sin asiento hasta el último momento, le obligas a pasar primero por una gymkana anti explosivos en la que un puto desodorante es una amenaza, lo descalzas, lo cacheas, le asustas con un discurso pre-vuelo en el que por toda salvación le das un chaleco amarillo que tienes que soplar tú misma si la cosa se pone seria (yo desmayada o histérica te digo lo que voy a soplar) bueno pues después de eso, la sientas en el espacio más pequeño en el que cabe, si es que cabe y una voz como de telefonista de radio taxi dice por el altavoz, en vete tú a sabe el idioma porque siempre parece el mismo "disfruten del vuelo", a esa persona sólo le queda sujetar el avión. Y bien fuerte.


A mí, me gusta viajar pero cuando veo un avión desde la calle jamás pienso esa tontería de: a dónde irán, me cambiaría por ellos ahora mismo, qué suerte. Mi concepto de ensoñación no incluye nada que vuele. Yo no. Yo prefiero estar jodida en mitad de un atasco en la M30 que ahí arriba. En realidad siempre que les veo despegar pienso en esa angustia horrible que te sube por el estómago y ese pensamiento fugaz de: con lo joven que soy y todo lo que me queda por hacer y he dejado la casa como una leonera, ya vas a ver mi madre como se pone cuando vaya a por mis cosas.

Puestos a imaginar, yo me cambiaba por la gente que está directamente en una playa en Maldivas, no por esos desgraciados apretujados que van a pagar por una bolsa de 8 cacahuetes 3,10 euros. Sí, 3,10 es el precio más absurdo que he pagado por una bolsa ridícula en la que 8 pobres frutos secos flotaban en montón  de sal. Espera a que haya uno en la fábrica de Cacahuetes S.L que se pregunte eso de: "Si le quitamos una pizca de sal a las bolsas, ¿cuánto creéis que podremos ahorrar?  ¿Y qué pensará mi abuela de mí?"

Satanitos, mira, os voy a dar una idea, a pesar de que estoy agotada porque he tenido que sujetar hoy mismo un Airbus desde Ámsterdam durante dos horas sentada en 30 centímetros cuadrados, el gancho ese para colgar cosas, eso podéis ahorrároslo. En serio, ni el puto bolso de la Barbie cabe ahí. Quizás para enrollar hilo dental tenga algo de utilidad pero a cuánta gente le importa morir con algo entre los dientes ¿eh? Desde luego a mí no.  Y con toda esa pasta que os ahorráis en ganchos podéis comprarle algo bonito a vuestra abuela. Una planta que igual a la mujer si la entretenéis con un buen geranio o un poto le importa un pimiento que paséis a la historia del ahorro de costes mundial.

Y una última sugerencia, al chaleco ese amarillo, ponedle paracaídas. No sé, lo mismo a 9 millones de pies, resulta algo más útil.

De nada.

* Podría parecer un exceso mío pero es una cita textual. La chica del mostrador de Iberia Exprés le ha dicho exactamente esa frase a una compañera esta mañana en el aeropuerto de Amstérdam. Habían vendido 11 plazas dos veces. Tal cual. Y se ha tenido que quedar en tierra. En realidad, la cita textual ha sido: "El que sale a las 7 también esta sobre vendido así que búscate la vida con KLM o algo".

16 comentarios:

  1. Lo pero para mí es que seguimos tragando y antes supuestamente eran solo los low cost y ahora son todos. Y si vas con niños ni te cuento, algunos les falta cobrarte por cada pañal que subes...
    En fin que a mí me pone de muy mala leche y por suerte hace mucho que no pillo uno, aunque en breve me toca y miedo me da si habré hecho dieta sufiente para entrar en mi sitio

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  2. Aquí una viajera frecuente. He catado muchas aerolíneas pero en todas se va reduciendo el espacio. He pasado navidades en aeropuertos extranjeros por eso de que venden las plazas dos veces.
    Odio volar y espero que inventen pronto el teletransporte para poder dejar de coger aviones y ahorrarme pasar por el striptease del control de seguridad.
    Y a toda esa mierda si le añadimos dos niños pequeños ya se pierden las ganas de vivir. Menos mal que nos podemos tomar las cosas con humor, me he reído mucho leyendote. ;)

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  3. Yo volé ayer de vuelta a Bruselas y valoré comprarme una botella de slgún espirituoso en el Duty free y abrirla antes de llegar pero alguien muy listo pensó que un niño de 2 años ya paga billete y puede sentarse solo... Aunque se mueva como una lagartija... Y yo con los dos niños sola llegando a un aeropuerto fantasma...
    Ayer también reflexioné sobre el ganchito, mi asiento tenía 2 y no logré colgarle nada...
    Odio volar, y además me quedo sorda una semana después de cada vuelo...
    Al menos sí me traje jamón a falta de alcohol 😊

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  4. Jajajaja, han estado un buen rato preguntándome que de qué me reia...
    Lo del overbooking lo he vivido en primera persona (quedándome yo en tierra, of course). Si sobreviví a la mala leche de ese día (o el mundo sobrevivió), aguantamos cualquier cosa.

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  5. La nueva moda es cobrarte por el asiento. Aunque lo pidas aleatorio, que es gratuito. Si no llegas a tiempo, te soplan 16€ por un asiento en tercera fila. Así de guay es volar en turista.

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  6. El " low cost"...es lo que tiene.
    Lo del ganchito para hilo dental lo mejor.

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  7. No te quejes, que tú no vives en una isla. Para todo, avión. Me conozco los aeropuertos como si fueran mi casa ya. XD

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  8. Yo adoro viajar pero es cierto que los vuelos son la muerte. Como el vuelo sea largo, llegas que ni sientes las piernas y, si ha habido escalas con cierto complejo de stripper de carretera por tantas veces que has tenido que quitarte prendas y dejar que te manosearan.

    Besotes!!!

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  9. jajajajja, me ha encantado!!
    Hace una semana de mi último vuelo. A mi acompañante le pasa exactamente igual... Fue empezar a despegar y dejó de hablarme durante dos de las 3 horas de vuelo... Que no me extraña porque midiendo dos metros de altura en ese espacio, es como para no respirar... Pero vamos, que sujetó el avión de maravilla.
    A mí tampoco me emociona. A la vuelta... me cachearon como delicuente... y eso que no llevaba ni cinturón, ni reloj ni mucho menos... ¡¡¡unas peligrosas botas!!! Pero la máquina pitó... oye... Y no contentos con eso, como debía de parecer cocainómana, me abrieron la minimaleta y el bolso para pasarme la tira estas de las pelis de detección de droga... Lo peor... ¡¡¡es que me puse nerviosa y todo!!!

    Qué manera de vejarnos, Amaya... cómo se aprovechan de que nuestras vacaciones son escasas como para perder 3 días en un maravilloso desplazamiento en tren...

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  10. volar ha perdido todo el glamour...pero hasta que dominemos eso de la teletransportación....

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  11. Fenomenal la entrada. Llevo riéndome sola un rato. Totalmente identificada. Lo que no logro entender es por qué nos dan un chaleco salvavidas de San Senastian a Sevilla. Siempre me pregunto en qué dichoso charco tendrán pensado hacer el aterrizaje de emergencia. Y me encanta la insistencia en que no los soplemos antes de salir del avión. Sería el colmo que se salvarán en un accidente aéreo todos los pasajeros menos los subnormales que por inflar el chaleco antes de salir se quedan dentro.
    En fin. Que nunca tengamos que vivir nada de eso. La imaginación es poderosa y tiene muy mala idea.
    Un abrazo Amaya.

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  12. me quedaré con lo importante... por mí que erradiquen a todas las aceitunas de todas las ensaladas, en mi último viaje en AVE me dieron ensalada con aceitunas y pasta vegetariana... con aceitunas! PERO ESTO QUÉ ES?

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  13. Jajajajaja! Brutal! Y estoy absolutísimamente de acuerdo. Lástima que me guste viajar, joder! ;)
    Muas!

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  14. Qué fuerte todo, Nena, la ley debería perseguir más a tanta compañía capulla.

    Besos

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  15. Felicidades por el blog. Tienes gracia escribiendo.
    Saludos.

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