domingo, 5 de septiembre de 2010

33. Nena, el mundo es un lugar terriblemente injusto.

¿Y cómo lo iba a aprender la nena? Pues sintiendo la injusticia en sus carnes. No era plan de contármelo, ponerme un vídeo y no concederme nunca un capricho en pro de todos aquellos niños más desgraciados que yo. Eso hubiera sido simple, sencillo, poco pertubardor y mi madre es perturbadora por encima de todas las cosas. Mi madre quería que yo fuera consciente de la marginación, el sexismo, el racismo, la pobreza y sobre todo, el clasismo, una cosa que a mi madre le parece el peor invento del demonio.

Así que el plan era el siguiente:
- Tratamiento de choque contra el racismo: Consistía en no comprarme ninguna muñeca blanca. Nada ni remotamente cercano a la raza a la que pertenezco. Nunca comprarme una Barbie, ni siquiera una Nancy rubia.  En la cabeza de mi madre, si yo jugaba con muñecas de otras razas, no sería racista. Así que mis muñecas fueron: una barriguita africana con el pelo ensortijado y una Nancy marroquí (en serio) cuyo mejor complemento era el shari indio que traía para cambiarle la ropa. Tuve un bebe chino de color amarillo chillón, porque tampoco es que comprara los juguetes caros, así que más que oriental el bebé parecía un extraterrestre (tratamiento de choque contra la pobreza). Tuve matriuskas, una geisha, una familia andina al completo y una especie de Barbie regorderta de todo a 100 pelirroja, porque "nena, los pelirrojos también sufren mucho".
Segunda parte del plan, la que era la parte realmente perturbadora. El día de la vuelta al colegio después de Navidad, todos teníamos que llevar un juguete, el preferido, el más grande, el más caro. Finalidad: dar el máximo posible de envidia al resto de niños. Y ahí entraba mi madre.
- Nena, tú juguete lo elijo yo. En tu clase hay algunos niños que no habrán tenido regalos tan estupendos como los tuyos, así que vas a aprender a solidarizarte con ellos. Te llevas la barriguita negra y no se hable más (tratamiento de choque contra las desigualdades sociales, aunque personalmente creo que era un tratamiento de choque contra mis relaciones sociales normales).
- Pero mamááááá´.... Martita va a llevar la autocaravana de la Barbie y Ana lleva el carricoche del Nenuco. Nadie va a querer jugar conmigo, déjame llevarme al menos las marionetas rusas que son más.
- No, cuando seas mayor me lo agradecerás.
Puede mamá, pero con 7 años aquello era un jodido castigo. Me pasaba esos días sentada el pupitre intentando jugar con Laurita y un tangram que llevaba ella, voluntariamente. "Nena, tú hazte amiga de Laurita que es un niña lista, que sabe lo que importa en la vida". Sí mamá, la capacidad de abstración a veces es lo más importante en la vida. Sobre todo cuando te mandan a chulear al cole con un ábaco, para que aprendas la importancia de las matemáticas, otra vez con una plantilla para aprender a atarme los cordones, otra vez con un tampon que imprimaba mini Quijotes, en fin, lo que viene siendo una vida social de mierda.

Consecuencias del consejo:
Lo dicho, escasa vida social y cierta marginación.
Estado total de éxtasis cada vez que iba a casa de Martita: me disfrazaba de princesa, me pintaba la cara, llevaba unas 5 barbies en la mano mientras acunaba a un Nenuco dentro de la autocaravana, y merendaba nocilla, untada sobre Smacks de Kellogs (prohibidos en mi casa: "Nena, eso no es comida, son chucherías inventadas por los americanos para hacer de los niños seres pusilánimes, en nuestra casa se desayunan tostadas, como Dios manda, con su pan y su mermelada. ¡Arroz inflado! El arroz, para la paella, nena. A ver si aprendes a distinguir las cosas importantes de las tonterías, que parece que te cuesta un poco".

Excepciones para utilizar el consejo:
Todas.
Gracias mamá por enseñarme la cantidad de mierda que hay el mundo, y gracias por hacerme creer que es posible educar a los niños de otra manera para que los adultos acaben siendo también de otra manera, gracias por hacerme valorar cada juguete que tuve, y porque gracias a ti hubo muchas Lauritas en mi vida con sus tangram y sus metrónomos, que me siguen acompañando 20 años después y que jamás me dieron de lado por no tener una Barbie.
Eso sí, te pierden las formas mamá, de verdad, que te pierden. Qué te costaba haberme mandado al cole con un muñeco algo más normal, que me daba igual que fuera aquél bebé indígena con taparrabos, pero ¿el ábaco? Eso no es un juguete mamá, eso es hundirle la vida social a un niño. Palabra.

29 comentarios:

  1. Nena,viva tu y viva tu madre!!

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  2. Jajajaja, me ha encantado. Yo también tuve mi muñeca africana y mi asiática. Y hasta ahí mi lista, por lo demás, todo fueron jueguetes "de niño": playmobil, scalextric y monopatín.

    Genial tu madre preocupándose por la integración social.

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  3. Huy otro día llegará la coleccion de apisonadoras y palas amarillas, nena, para que aprendas de todo en la vida!
    bss

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  4. Mi trauma personal: Mi madre me hizo una boti-bota con una cuerda y una botella de leche. Cutre, cutre. A mí me avergonzaba MOGOLLÓN. Ahora con los años la entiendo (era un pingo que costaba un pastón y de vida muy limitada), pero coño, qué vergüenza... para eso no me hagas nada jajajajaja

    Recuerdo, por cierto, la barriguitas amarilla limón. Y la india, que era de un rojo subido...

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  5. jajaja, me meo con la boti bota cutre, telita con tu madre!!!

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  6. Pilar casianónima

    Os quejáis por nada, vosotras que vivisteis en la opulencia muñequil. Mis juguetes fueron tres, si, tres, contados. A saber, muñeca pepona(pieza de plastico duro con todo pintado) y su carricoche. ¿Que no sabeis lo que es un carricoche?. Pues algo asi como el coche de los picapiedra pero en carrito de bebes-muñecas. Una bateria de cocina, con todas sus cacerolitas,ollas y cacitos, y....¡un triciclo!. El drama consistia en que sólo me dejaban jugar con semejantes tesoros en momentos puntuales, no fuera que se rompiesen.
    ¡Me olvidaba de la Nancy!. Cayó en un dia de reyes con 12 años recien cumplidos (me dieron los 16 cambiandole de ropita y peinandola). Siglos despues, a mi hija, le compré todas las Barbis que me pidió para sacarme esa espinita.
    Resultado: mi nena decidió que queria operarlas.Su habitacion se convirtió en el museo de los horrores; cabezas de barbis, manos de barbis, piernas de barbis, barbis sin un sólo pelo en la cabeza...
    Algo hice mal, no se...como que algo se me escapó.A dia de hoy, mi nena tiene 18 años y todavia nos partimos de la risa recordando su particular aficion a desmembrar y mutilar Barbis.
    Leyendo tus relatos no puedo remediar sentir esa ambivalencia, como hija que fui y como madre que soy.Seguimos sin libro de instrucciones. Pero mira que me rio leyendote...

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    1. Mi opinión: no entiendes el significado de "opulencia", o no sabes en que contexto utilizar la palabra;acusas de opulencia a las demás y mas tarde tu misma caes en ella comprando a tu hija "todas las Barbis..." por remediar la frustración de tu infancia; a diferencia de ti, yo me pongo triste leyendo-TE.

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  7. Ay mi Pilar casi anónima que gusto verte por aquí. Me imagino que un día me tocará enfrentarme a esa misma ambivalencia, y me voy a tener que tragar el blog enterito, con patatas, ahora, que al menos intento poner de mi parte. En las formas, un poco en las formas.
    Besos

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  8. Tu madre era una pionera de la integración sociocultural, muy bueno.
    Yo mis momentos chungos en el colegio los vivía cuando había que ir disfrazada... mi madre se lo curraba tirando a poco. No era tanto una voluntad deliberada de curtirme como un pasotismo que en parte envidio, no temía que nos traumatizásemos ni nada de eso. Yo me lo curro algo más, aunque siempre a última hora.
    Guiomar

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    1. una pequeña corrección: no sabes diferenciar "amor" ( lo que pretendía la madre)de "exaltación" ( lo que practicaba)

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  9. Ohhhhhhhhhhhhhhhhhh Acabo de verme retratada en la descripción de tu madre.
    Eso sí, a mi hija le compré un tangram, aunque también tenía ábaco. Y muchos juegos Educa; sobre las Barbies... me resistí todo lo que pude.
    Mi hija me echa en cara su trauma. ¡Pero si yo lo hacía con la mejor voluntad del mundo!
    Gracias por tu visita y tus palabras. Ya contestaré los comentarios. Un beso.

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  10. juasssss, que bueno lo de tu madre, ainsssss. Yo es que iba en plan chicazo y nunca me entusiasmaron las barbies, pero bueno, regalos de esos de "nena, mejor esto, ya me lo agradeceras".. bufff! a que estoy repitiendolo yo con la mia!!??? horror!!

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  11. que narices es un tangram???? desde lugego yo no tuve todo lo que queria pero tampoco fui una "marginada" jejeje en este no me identifico pero en el resto.... lo malo es que la historia se repite...un abrazo y sigue asi.. es genial

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  12. Alex74, un tangram es un rompecabezas chino, son 7 piezas, y puedes hacer muchas figuras. Te desarrolla la mente, jeje o te traumatiza.
    http://es.wikipedia.org/wiki/Tangram

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  13. En casa de mis padres siguen sin estrenar, y en su blister original, dos barriguitas de mi hermana (la oriental y la indígena norteamericana) y el quimicefa. Es para que no se estropeen, que todo lo queremos poner igual. En el caso del quimicefa, porque era peligroso, y era mejor abrirlo cuando fuéramos más mayores. Un día salió el tema, con ventitantos años, y mi madre nos autorizó a abrir el quimicefa. Lo oxidable se había oxidado, y lo decantable se había decantado. Estaba inservible. Excepto para vacilar a mi madre, y estimular un poco su sentimiento de culpa: para eso era perfecto.
    ¡A tí, por lo menos, te dejaban jugar con tus juguetes!

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  14. Alex 74 menuda suerte librarte del tangram, era un rollo absoluto a esa edad

    Victor
    Buenísimo lo del quimicefa, mi madre también era de "no estropear las cosas" y por ello no usarlas, pero es que los juguetes eran taaannn malos, que chico, ni para guardar

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  15. ¡Qué mami que tengo!
    ¡Qué bien sabe ella que las cosas se estropean por el uso! ¡Y cuánto le gusta que sea por usarlas y no por no hacerlo!

    Igual que la comida, si te quedas sin ella es porque alguien se la ha comido, no porque has esperado a que se estropee y has tenido que tirarla.

    Y además, sin estudios, la pobre, siempre tuvo claras cosas básicas, como la importancia de la vida social para el desarrollo de la personalidad, la inteligencia emocional, etc...

    ¡qué mami que tengo!

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  16. Anduve curioseando por ahi, y las barriguitas estan lindas XDhttp://www.famosa.es/barriguitas/index.htm
    mis juguetes tampoco fueron los que yo queria, mis papas para no batallar con migo me tenian todos los gatos que quisiera tener para no estar molestandolos con juguetes XD

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  17. Que grande es tu madre! como me río con tu blog...jajajajajaja!

    Tengo a mi hija al lado mío durmiendo y cada vez que doy una carcajada (no lo puedo evitar) se me despierta, menos mal que se va dando la vuelta para volver a dormir, con lo que me cuesta dormirla!

    En fin, me lo paso bomba leyéndote, me haces recordar tantas cosas de mi infancia...pero es que tu madre es un "ser superior"!

    Una preguntita, le has enseñado a tu madre tu blog? porque al igual al verse reflejada y ver tus reacciones, hasta ella se tiene que descojonar, no? jajajajaja
    Besos

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  18. Yo tambien tuve una boti-bota que era una cuerda atada a una bolsa llena de papeles de periodico! Y solo tuve una Barbie, nunca tuve la casa de Pin y Pon... un año mi madre me hizo poner en la carta de os reyes que queria libros y ropa para los niños que no tenian nada... porque los pobres no tenian de nada y yo si, asi que no podia pedir juguetes

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  19. Bueno, es la primera vez que te leo y me he quedado petrificada.
    Mi primer muñeco fue "Cachito" que era negro.Yo solo tuve "Nancy" negra y pelirroja, nunca me dieron cereales y tuve "matriuska".
    Pero lo peor es que a mi hija, que ahora tiene cuatro añitos, me niego a comprarle "Barbies", ha heredado mis gemelos "Nenuco" negros, cuando tenía dos le enseñé a jugar con el "Tangram" y ahora estamos con el ábaco.¿Estoy haciendo algo mal, no?Ayer me preguntó si en las próximas elecciones iba a ganar Rajoy.

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  20. Otra dueña de barriguitas negras, nancys heredadas y juguetes que se quedaron en su cajas "para que no se estropearan" hasta que nació mi hermana y los estropeó pero bien... aunque he de reconocer que yo al fin conseguí no una, sino dos barbies... eso sí, ya tenía la regla y todo cuando me las regalaron, pero algo es algo.

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  21. Tenía MUUUCHO tiempo que no me reía tanto. Estoy sola en casa, leyendo ésto que encontré...y me pregunto que dirán mis vecinos al escuchar mis carcajadas.

    Verdaderamente yo no tuve una mamá drama....en ESTE particular aspecto. Me sobraban las muñecas y las barbies de última moda, con casa y accesorios incluídos...tuve todo, o casi todo, pues "los patinetes no son para niñas, que se rompen un diente ¿y entonces qué?".

    Ahora bien, mi navidad más inolvidable...la que mi mamá me montó junto a mi hermana en su furgoneta, nos llevó a un pueblito pobre de la República Dominicana, y nos hizo repartir juguetes a "esos niños que no tienen ni con qué comer..."
    De eso harán más de 20 años....y todavía puedo contarlo en detalles.

    A ver qué tipo de mamá seré...que me falta poquito.

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  22. Ay, qué bueno, me lo paso genial leyéndote.
    Yo tenía la nancy negra.

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  23. Jajajajaja lo de que los pelirrojos sufrimos mucho me ha matao. En mi caso va a ser que no ;)

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  24. Muy bueno! Yo tuve una Leslie negra hippie, tipo Nancy pero más esmirriada, pero como mi familia ya es multicultural (mi drama mamá es española y mi muy drama papá es de Brasil), no sería por la concienciación. Sí que tuve Barbie y la emparejaba con los Madelman de mi hermano (marine y astronauta, que menos para mi Barbie).

    Un saludo!

    :D

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  25. Qué bueno el post, tu madre es increíble.

    Jojojo, qué tremendas esas boti-botas caseras, porque encima era un juguete que había que usarlo en la calle, no te podías esconder en casa!

    Pero qué difícil lo de enseñar a los niños lo injusto que es el mundo sin traumatizarles. Yo no he podido resistirme y he comprado el libro de fotos "Where children sleep", pero aún no he decidido cuándo ni cómo enseñárselo a mi niño.

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  26. ja ja ja que risa de entrada, como las demás Me encantan ¡¡¡

    a mí me regalaron muchos juguetes muy chulos, aunque como niños a veces nunca estamos conformes y siempre quería el de fulanita, de todos modos en mi casa la tradición era regalar muchos regalos en papa noel y muchos menos en reyes, y yo que era muy destrozona, ya para el 1º día de cole los tenía casi todos rotos, si no todos ; ), así que mi madre no me dejaba llevar ninguno pa no pasar venguenza (ella) ni que la gente fuera a pensar que éramos pobres o algo (mi madre ha sido siempre un poco clasista y de aparentar o no aparentar "creo que en mucho tb he tenido una drama mamá").

    Nunca tuve una muñeca negra y me hubiese encantado.

    Este drama consejo que has contado, me recuerda a la época de carnavales. En mi primer año de cole mi madre no me compró a tiempo para la fiesta el disfraz de princesa que quería ni a mí ni a mi hermana, su estrategia fue ¿Que preferís el disfráz de princesa o una hucha con dinero, con el que podeís comprar el disfraz de princesa y más cosas? - y claro caiamos como las que más - "La Hucha ¡¡¡" - que por supuesto nunca aparecía... Mi madre usaba esa pregunta muchas veces que no podía comprar en ese momento lo que queríamos y siempre siempre caíamos.

    Al final fuimos a la fiesta con unos vestidos muy monos que mi madre nos había comprado en el corte inglés tiempo atrás para una feista consular a la que estabamos invitadas. así que fuimos todas modositas con el lacito el traje y los calcetines, y sin disfráz, y todo el resto de los niños si llevó.

    Cuando las amigas nos preguntaban, yo y mi hermana que éramos muy mentirosas y fantasionsas decíamos " es que son unos disfraces de princesas muy caros y especiales, y por eso nuestra madre no quiere que lo traigamos aquí, que se ensucian y rompen"

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  27. Mi hija tiene todos los muñecos negros, menos los que le ha regalado el resto de la familia. La cosa empezó cuando en el colegio con tres años lloró cuando la sentaron al lado de un niño negro recién llegado de Etiopía en adopción.

    Esa misma tarde fuimos a comprar el primer muñeco negro, que se llamó como el niño. Al día siguiente fui con ella al cole y la hice conocer al niño, y desde entonces salían al patio de la mano siempre.

    Luego llegaron los demás muñecos, familiares todos del primero. Cuando aparecía en el parque con cuatro o cinco apelotonados en el cochito y los otros niños le preguntaban que por qué sus bebés eran todos negros, respondía: -"Es que el padre es cubano".

    Y actualmente, su mejor amiga es otra niña adoptada del mismo país, pero ahora mi niña dice que es de Fairytopía.

    Calíope

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